viernes, 11 de septiembre de 2015

Para pensar:Educación Emocional en Secundaria

EDUCACIÓN EMOCIONAL EN SECUNDARIA
En el tránsito de la vida la niñez a la vida adulta tiene una etapa que conocemos como adolescencia en la que tratamos de guiar a nuestra prole para que sean capaces de llegar a la edad adulta con la suficiente madurez y equipaje, como para poder hacer frente a la vida de modo autónomo.
En esta etapa, es preciso elaborar y desarrollar propuestas educativas orientadas a problemáticas más específicas como la resolución de conflictos personales e interpersonales, la mejora del autoconcepto y la autoestima; incrementar las capacidades empáticas, optimizar las habilidades sociales como el establecimiento de vínculos, fomentar valores universales…
Es aquí donde no puede dejarse de lado la importancia de una adecuada educación emocional, dirigida a optimizar el desarrollo emocional tanto respecto al establecimiento de vínculos o emociones básicas para la formación de la identidad y el bienestar, como la comprensión, la expresión y la regulación emocional.
Los contenidos en los que debe fundamentarse la educación emocional deben estar relacionados con la comprensión de emociones, la dirección de la propia vida, el autoconcepto, la autoestima y las relaciones personales (habilidades sociales, establecimiento de vínculos, aceptación de las diferencias de los otros y otras, interiorización de las normas sociales, la responsabilidad social, la asertividad social…).
La mayoría de los estudios se centran, en esta etapa de la adolescencia, en el autoconcepto y el desarrollo. Las ideas generales que se  tenían en la niñez culminan en ésta.
Las relaciones sociales tienen un papel fundamental. Además, en esta edad la mayoría de los y las adolescentes cuenta con el criterio para decidir selectivamente si está de acuerdo con la percepción que el resto tienen de su “yo”.
Los y las adolescentes poseen una mayor comprensión de sus estados afectivos que en etapas anteriores y hacen más referencia a estados mentales o sentimientos internos cuando explican sus emociones. Son conscientes de los efectos que tienen sus estados emocionales -negativos o positivos- en el modo de percibir a la gente y en la relación de tareas y actividades.
La adolescencia es el período en el que se consolida la comprensión de emociones opuestas, entendiendo que una misma persona puede generar en los otros y otras sentimientos opuestos. En esta etapa, el y la adolescente conseguirá información sobre otras personas para inferir y explicar sus propias emociones.
La adolescencia es un período muy intenso emocionalmente y con frecuentes cambios de estados de ánimo. Los y las adolescentes deben asumir los cambios corporales producidos a lo largo de la pubertad; se desarrollan nuevas dimensiones de identidad, se realizan las primeras relaciones amorosas y sexuales, y progresivamente se van independizando del entorno familiar. Las presiones de los compañeros y compañeras son especialmente intensas, ya que en esta etapa son ellos y ellas su principal punto de referencia para establecer la autoconciencia.
En esta etapa, las estrategias de búsqueda de apoyo se trasladan de padres y madres a los y las compañeras y amigas, pero en momentos de crisis utilizan el apoyo de padres y madres, aunque son ambivalentes a la hora de confiar en ellos y ellas.
Todos estos cambios requieren de una gran capacidad de autorregulación emocional. En esta etapa utilizan estrategias cognitivas de regulación emocional.
El proceso dinámico y complejo de interacción social que se produce entre profesorado y alumnado es el medio para transmitir el bagaje de conductas innatas y aprendidas a lo largo de generaciones.
Las personas educadas criadas en familias cálidas, sensibles y empáticas contribuyen decisivamente a un desarrollo emocional armónico y a la adquisición de competencias.
Es por ello que este curso trataremos el tema de la educación emocional en la familia en nuestra sección de “Para pensar”.


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