¿Qué es la Inteligencia Emocional?
La inteligencia
emocional es la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y
el conocimiento para manejarlos. Es sentir, entender, controlar y modificar
estados anímicos propios y ajenos.
¿Cuáles son las habilidades prácticas de la Inteligencia
Emocional?
Las habilidades
prácticas que se desprenden de la Inteligencia Emocional son cinco, y
pueden ser clasificadas en dos áreas:
·
Inteligencia Intrapersonal (internas, de autoconocimiento) a la
que pertenecen las siguientes 3 habilidades:
·
La
autoconciencia (capacidad de saber
qué está pasando en nuestro cuerpo y qué estamos sintiendo). Algunos autores
hacen referencia a ella como Conciencia
emocional, que es la que nos permite darnos cuenta y ser conscientes de:
·
Lo
que sentimos.
·
Poner
nombre a las emociones que sentimos. Vocabulario emocional.
·
Identificar
y ser conscientes de las emociones de las demás personas.
·
Conciencia
del propio estado emocional.
·
Comprender
el significado y las ventajas o desventajas de cada una de las emociones.
·
El
control emocional (regular la
manifestación de una emoción y/o modificar un estado anímico y su
exteriorización). Algunos autores hacen referencia a ella como Regulación emocional, que es la que nos
permite responder de manera adecuada a las distintas situaciones emocionalmente
intensas (estrés, frustración, cansancio, enfado, debilidad, miedo,
inseguridad, alegría, ilusión…)
· Estrategias
de regulación emocional: diálogo interno, relajación, reestructuración
·
cognitiva…
·
Estrategias
para el desarrollo de emociones positivas.
·
Regulación
de sentimientos e impulsos.
·
La
capacidad de motivarse y motivar a los
demás. Otros autores la denominan Autonomía
emocional, que es la que nos permite tener confianza en nosotros/as
mismos/as, tener autoestima, pensar positivamente, automotivarnos, tomar
decisiones de manera adecuada y responsabilizarnos de forma relajada y
tranquila.
·
Noción
de identidad, conocimiento de uno/a mismo/a (autoconcepto).
·
Valoración
positiva de las propias capacidades y limitaciones.
·
Inteligencia Interpersonal (externas, de relación) a la que
pertenecen las dos habilidades restantes:
·
La
empatía (entender qué están
sintiendo otras personas, ver cuestiones y situaciones desde su perspectiva), para
otros autores el nombre más adecuado sería el de Habilidades socioemocionales. Consiste en ser capaces de manejar
cada una de las distintas y variadas situaciones sociales con el conjunto de
emociones positivas y negativas que ello conlleva. El desarrollo de esta
competencia implica:
· Escuchar
activa y dinámicamente a las otras personas. Así, les haremos sentirse
importantes.
·
Dar
y recibir críticas de manera constructiva, lo que solemos llamar “recibir la
medicina amarga”.
·
Comprender
al resto y conseguir que nos comprendan.
· Ser
asertivo/a en nuestro comportamiento, estando dispuestos a ser sinceros/as y expresar
lo que pensamos, sentimos y hacemos ante el resto y a lo que representan.
· Enfrentarnos
inteligentemente a cada uno de los conflictos que tenemos en nuestro día a día.
· Mantener
buenas relaciones interpersonales con las personas con las que vivimos o
trabajamos.
·
Trabajar
en equipo e implicar a las personas en proyectos y objetivos.
·
Las
habilidades sociales (habilidades
que rodean la popularidad, el liderazgo y la eficacia interpersonal, y que
pueden ser usadas para persuadir y dirigir, negociar y resolver disputas, para
la cooperación y el trabajo en equipo). El fin último al cual todas las
personas aspiramos con cada uno de nuestros actos es conseguir la felicidad
(desde la dimensión emocional, hablaríamos de experimentar un bienestar
subjetivo). Se trata de ofrecer recursos que ayuden a organizar una vida sana y
equilibrada, superando posibles obstáculos que la vida pueda deparar.
· Habilidades
de organización (del tiempo, trabajo, tareas cotidianas) y desarrollo personal
y social.
·
Habilidades
en la vida familiar, escolar y social.
·
Actitud
positiva y real (mediante planes de acción individual) ante la vida.
Las competencias emocionales se desarrollan aprendiendo a
manejar una serie de habilidades prácticas y específicas, y éstas pueden ser
una pieza clave del puzzle que forman la eficacia profesional y el bienestar
personal.
Como se puede advertir por la amplitud de estas competencias
o habilidades, la Inteligencia Emocional es útil en tiempos de bonanza, e
imprescindible en tiempos difíciles.
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